La noche se hizo madrugada y los animales nocturnos cesaron su canto, nuevamente escuchaba el sonido de los segundos al pasar en mi despertador, incesante las ideas y pensamientos distraían mi mente, dejándome de nuevo en una total y completa vigilia, los recuerdos arrebatados y los tiempos en que dormía complaciente y calmo habían cesado, ya casi ni recuerdo cuando fue la vez última en que pude descansar plenamente.
No podía discernir que me atormentaba o cual era el motivo de mi desgracia, pero sentía en lo profundo de mi ser, que era aquello a lo que siempre se me negaba, aquello que tuve por mucho tiempo y ahora de aquello nada quedaba, extraño la forma como me miraba, extraño como mis cabellos acariciaba, extraño aquellos tiempos en que podía sonreír a pesar de tener un día difícil, ella lograba amainar mi tempestad y a cargar mi pesada cruz que tanto me atormentaba, se ha ido, la dejé ir, quizá un error, quizá la mejor decisión, no lo se, pero estoy seguro que muy a mi pesar ha sido lo mejor.
Recuerdo cuando la vi por vez primera, su sonrisa me deslumbró, su mirada me hechizó, nunca nos habíamos visto, nunca nos habíamos tocado, nunca siquiera, en fotografía nos habíamos visto, pero nos habíamos enamorado, verla por vez primera, fue reafirmar los sentimientos que durante tanto tiempo se habían gestado, verle y no besarle hubiese sido un trágico error, hablamos incesantes y no dejábamos de mirarnos, era preciso recuperar el tiempo perdido, de tan solo por nuestras voces comunicarnos, era preciso que nuestras manos se unieran para sentirnos, era preciso no separarnos hasta su partida, vino a mi un ocaso de semana, fueron dos días invaluables fueron los dos mejores días de mi vida en aquel momento, embriagados de encanto y pasión …..
Pero el tiempo socavó nuestro impetuoso sentimiento y lo debilitó hasta extinguirlo, ¿falta de comunicación? – Quizá, ¿Un mal entendido no resuelto? –Posiblemente, el hecho es que ya se esfumó y no hay vuelta atrás, sin embargo los recuerdos y sentimientos encontrados regresan como flash de un Deja Vú, a veces placenteros en otras tantas, amargos como la hiel.
Amiga soledad, bienvenida nuevamente, tenía tiempo que no te veía, que cambiada estás, al parecer has envejecido, pero sigues hiriente como siempre, pasa y siéntate cómoda, el sofá está donde lo viste la última vez.
